LA RAZON DEL TERCER MUNDO


La civilización imperialista, última etapa del sistema asentado en el patrón oro, ha traido a los pueblos del mun do innumerables guerras y el desastre de dos conflagraciones mundiales. Y entre medio de esas hecatombres ¿a que han reducido nuestras vidas? Que la inferioridad sea la condición del triunfo. Tolerar gobiernos mediocres. Que el ideal del hombre, sea adular a incapaces y malvados. Odiar. Jamás en el mundo se ha odiado como se odia hoy. ¿Ese es el camino del progreso? ¿Y los pueblos? ¡Que les importa a ellos los pueblos.

En este momento histórico hacen falta hombres cabales, proyectos concretos y soluciones justas. Ellos vendrán por las rutas nuevas y revolucionarias.

Para liquidar este orden de cosas, contamos principalmente con los esfuerzos de los propios pueblos de la triple A, esto es apoyarnos en nosotros mismos. Con este apoyo mutuo, en la asistencia reciproca, sin coacciones político-económicas, elaboraremos poco a poco un nuevo Reino. Buscaremos la libertad mediante la educación, el sentido de convivencia, camaradería, respeto. Nuestro ideal: convivir y complementarse mutuamente, desarrollando al máximo las economías nacionales. .

Jamás se suprimirán las miserias sociales si antes no destruimos al imperialismo cualquiera sea su color o filosofía.

El capital no es una fuerza personal, es fuerza social y por lo tanto no puede estar al servicio de individuos, grupos de individuos, trust, monopolios, cárteles, metropolis, naciones, sino al servicio del género humano.

¿Por qué hoy día el factor decisivo de la vida económica es el monopolio? Por la concentración del capital y la producción en núcleos reducidos. De esa unión surge el capital financiero, dando lugar a la economía financiera. Ello conduce a exportar capitales y mercaderias. La exportación de capitales forma asociaciones internacionales -cárteles- los cuales repártense el mundo. Vemos el rodar de la bola de nieve. El reparto del mundo termina entre las potencias imperialistas más fuertes. Tal situación en gendra esclavización en los pueblos. Y el círculo vicioso continúa repitiéndose con feroces luchas intermonopolicas e interimperialistas. En sintesis: Esclavizar, guerrear, arrojar bombas, solamente para tener.

¿La Iglesia Católica Romana, hace algo efectivo por impedir todo esto? ¿Todo esto puede impedirse desde los púlpitos? ¡Que diferente el accionar de Jesús de Nazaret!

Nosotros salimos en defensa del individuo y de pueblos enteros, que incapaces de comprender las fuerzas que los aplastan y los esclavizan no pueden luchar si antes no conocen la causa de su esclavitud y enajenación. Luchamos por la legalidad de la liberación del individuo, de los pueblos, de la humanidad.

La historia está con nosotros. El imperialismo no puede señalar el camino del desarrollo social según su deseo subjetivo. Nuestra programática hacese realidad, porque responde a las necesidades de cada hombre, pueblo o nación que aspire a la vida digna.

El papel que desempeñe el hombre nuevo en este resurgir humano será decisivo. Teniendo confianza en el hombre y en los pueblos, crearemos inmensas riquezas bajo una dirección capaz, honesta, acertada.

La mayoría de los hombres que dirigirán esta empresa ciclópea en la Argentina y América Latina, aún permanecen anonimos. Del anonimato surgen los grandes hombres.

Los que al comienzo actuarán aislados, durante la marcha se identificarán en un solo ideal. Brotarán miles. Se exigirá de ellos decencia y esfuerzo. ¡Nuestro objetivo es la verdad: victoria de la vida!

La mentira lleva inexorablemente a la civilizacion imperialista hacia la derrota. La historia es la realidad objetiva, no sus palabras, sus leyes, sus códigos o constituciones.

La realidad de ayer, de hoy, nos enseña que el capitalismo no tiene piedad cuando sus intereses corren peligro. La violencia es el desarrollo natural de la defensa de sus intereses, constituyendo la esencia misma de su expansión y conservación. Es el instrumento final con que defiende se todo un sistema basado en la mentira y en la explotación. Cuando la filosofía del liberalismo -el mundo del tener- "democratico", occidental, y "cristiano", basamento de los intereses monopólicos capitalistas, choca contra fuerzas opuestas sanas y patrioticas, abandonan la dialéctica y recurren a la violencia. En última instancia, la sociedad edificada en la injusticia social, no tiene otra salida, cuando los explotados -siempre los más- toman conciencia de sus derechos y realidad,

La vida es un libro constantemente escrito de nuevo.

Howard Fast, describe magistralmente en su "Espartaco" -en el dialogo de Graco y Cicerón- la realidad de ayer, la realidad de hoy.

"... Vivimos en una república. Lo que quiere decir que hay mucha gente que no tiene nada y un puñado que tiene mucho y los que tienen mucho, tienen que ser defendidos y protegidos por los que no tienen nada..."

... Roma mantiene bajo las armas un ejercito de un cuarto de millón de hombres. Esos soldados deben estar dispuestos a marchar a tierras extrañas, vivir en la mugre y escualidez, chapalear en sangre para que nosotros podamos vivir confortablemente y aumentar nuestras fortunas personales.'

"Convencemos al pueblo, que la mayor realización de la vida es morir por los ricos. Convencemos a los ricos quo deben ceder parte de sus riquezas para conservar el resto, Somos magos. Decimos al pueblo: ustedes son el poder. Vuestro voto es fuente de poderío y gloria, ustedes son el unico pueblo libre del mundo. No hay nada más precioso que vuestra libertad, nada más admirable que vuestra civilización. Y ustedes la controlan; ustedes son el poder. Y entonces ellos votan por nuestros candidatos. Lloran cuando nos derrotan. Rien de alegría ante nuestras victorias. Y. se sienten orgullosos y superiores porque no son esclavos. No importa lo bajo que caigan; si duermen en albañales (hoy viven en villas miserias); si estrangulan sus hijos al nacer; si viven de la caridad pública; si están sucios..."

Bien, por eso, por todo eso, para que toda esa hipocresía, para que toda la inmundicia y egoismo descripto desaparezca del planeta, existe una razón.

¡La razón del tercer mundo!

Los nuevos Nicodemus, preguntan a los nuevos Espartacos y a los nuevos Nazarenos, cual es el milagro que los impulsa en la nueva lucha.

En verdad -les dicen- que si la humanidad no nace de nuevo, no podrá ver el Reino de la Justicia Social.

Ha llegado la hora de los nuevos Espartacos. Vienen de Asia, Africa, América, su ejemplo está transformando la conciencia activa de las masas. La reacción debe saber que esta vez no alcanzará la madera de todas las selvas del mundo, para construir las cruces de la crucifixión de los nuevos luchadores.

Son millones de seres que se han puesto en marcha, para inaugurar en la Tierra la evolución moral de la humanidad. El nuevo Reino, en el cual los hombres serán hermanos de los hombres.

Bien, por eso, todo eso, para que toda esa dignidad,para que toda esa hermandad florezca en el planeta, existe una razón:

¡La razón del Tercer Mundo!

Buenos Aires, agosto de 1964.